martes, 1 de septiembre de 2009

Su mundo.


Apenas salía de su habitación,realmente estaba siempre allí,allí en su casa.
Tejado de rojas tejas y puerta acristalada,ventanales con galerías y una hermosa chimenea que nunca humeaba.En la puerta principal un pequeño seto de magníficas hortensias violetas hacía juego con las macetas lavanda.Un banco de madera con apoya pies y una mecedora daban el toque plácido a la entrada.Salón comedor y cocina en la planta baja abrían paso a un majestuoso pasillo engalanado con alfombras a medida,al fondo un aseo pequeño de estilo inglés.La escalera aparentaba mármol de Carrara y el pasamanos hierro forjado,todo era casi real.La planta de arriba se podía ver mucho mejor,grandes habitaciones con baño,galería y hasta una biblioteca.
En la biblioteca era dónde estaba Él sentado,con un pequeño gato a sus pies.Ella que subió las escaleras ayudada por su mano,entró cantando y diciendo en voz muy alta:
-Está el desayuno,venga que bajamos!
Lo cogió con su otra mano y juntitos bajaron,moviendo delicadamente las articulaciones acabaron sentados los dos en la pequeña y coqueta mesa de cocina.La vajilla Royal Albert sobre un mal cortado mantel de encaje.Tomaron café con leche y unos panecillos que por el color podían ser de chocolate.
-Qué buen día hace!,vamos a aprovechar el sol y después hacemos la comida,-decía Ella.
Al terminar estaban sentados en la entrada,Él en la mecedora y Ella en el banco.

La tranquilidad de la escena se vio interrumpida por la enfermera que entró para anunciar una visita:
-Almudena, viene tu hermana a verte,creo que te trae un regalo!
La hermana entró y después de besarla le dijo:
-Te traigo un montón de cosas nuevas.
Mientras la besaba y atendía,la hermana no paraba de preguntar cómo seguía,qué había dicho últimamente el médico,si continuaba tan obsesionada con la casita....
Eso sí todo se lo preguntaba a la enfermera.Ella en su mundo se puso contenta y hasta parecía que gritase con la alegría,estaba enferma pero intuía que si le traían algo,ese algo casi seguro que sería para su preciosa casa.Así que levantó el tejado y movió el reloj,la mesa del comedor y apartó las plantas para hacer sitio.
La hermana de Almudena le traía un par de sillas pintaditas a mano con sus cojines a juego,un perrito,una sartén,un aparador,trocitos de telas,otra televisión y hasta un paragüero,todo de miniatura.
Ella se dio la vuelta,ahora sí que tenía mucho que hacer, colocarlo todo,volver a su banco y hasta hacer la comida.